Solamente una palabra,
solamente una oración
cuando llegue a tu presencia, ¡oh, Señor!
No me importa en qué lugar
de la mesa me hagas sentar,
o el color de mi corona,
si la llego a ganar.
Solamente una palabra,
si es que aún me queda voz
y si logro articularla en tu presencia,
No te quiero hacer preguntas
sólo una petición
y si puede ser a solas, mucho mejor.
Solo déjame mirarte cara a cara
y perderme como un niño en tu mirada
y que pase mucho tiempo,
y que nadie diga nada,
porque estoy viendo al Maestro cara a cara.
Que se ahogue mi recuerdo en tu mirada,
quiero amarte en silencio y sin palabras,
y que pase mucho tiempo,
y que nadie diga nada…
solo déjame mirarte cara a cara.
Solamente una palabra,
solamente una oración
cuando llegue a tu presencia, ¡oh, Señor!
No me importa en qué lugar
de la mesa me hagas sentar,
o el color de mi corona
si la llego a ganar.
Solo déjame mirarte cara a cara
aunque caiga derretido en tu mirada,
derrotado y desde el suelo,
temeroso y sin aliento,
aún te seguiré mirando, mi Maestro.
Cuando caiga ante tus plantas de rodillas
déjame llorar pegado a tus heridas,
y que pase mucho tiempo,
y que nadie me lo impida,
que he esperado este momento
toda mi vida.