Vine a alabar a Dios. Vine a alabar a Dios. Vine a alabar su Nombre. Vine a alabar a Dios. Él vino a mi vida en un día muy especial, cambió mi corazón en un nuevo corazón y esa es la razón por la que digo que... ¡Vine a alabar a Dios!
Este pan y vino, Señor, se transformarán en tu Cuerpo y Sangre, Señor, en nuestro manjar. Gracias al sol y al labrador, en el altar florecen hoy las espigas, los racimos, que presentamos a Dios.
Estribillo Lo que sembré con mi dolor, lo que pedí en mi oración, hoy son frutos, son ofrendas, que presentamos a Dios.
Santo eres, Señor, Dios nuestro, Rey del cielo y de la tierra; Luz de vida eterna, pan de Salvación. Bendito el que a Ti te busca, el que tu Palabra escucha, llevando tu Nombre va sembrando el amor.
Santo eres, Señor, Dios nuestro, Rey del cielo y de la tierra; Luz de vida eterna, pan de Salvación. Bendito el que a Ti te busca, el que tu Palabra escucha, llevando tu Nombre va sembrando el amor.
Nota: Se hace 2ª voz en las estrofas cuando se sube al tono de RE: "Santo, santo, santo es mi Dios. Llenos están de tu Gloria."
Felices somos en la pobreza, si en nuestras manos hay amor de Dios, si nos abrimos a la esperanza si trabajamos en hacer el bien. Felices somos en la humildad, si como niños sabemos vivir. Será nuestra heredad, la tierra, la tierra.
Si el grano de trigo no muere en la tierra es imposible que nazca fruto. Aquel que da su vida para los demás tendrá siempre al Señor. Felices somos si compartimos, si nuestro tiempo es para los demás, para quien vive en la tristeza y para quien camina en soledad. Felices somos si damos amor, si en nuestras manos hay sinceridad, podremos siempre mirar y ver a Dios, y ver a Dios.
Estribillo Felices somos si ofrecemos paz y nuestra voz denuncia la opresión, si desterramos odio y rencores, será más limpio nuestro corazón. Felices somos en la adversidad, si nos persiguen cuando no hay razón; la vida entonces tendrá sentido en Dios, sentido en Dios.
Junto a ti, María, como un niño quiero estar, tómame en tus brazos, guíame en mi caminar. Quiero que me eduques, que me enseñes a rezar; hazme transparente, lléname de paz.
Madre, Madre, Madre, Madre. Madre, Madre, Madre, Maadre. Gracias, Madre mía, por llevarnos a Jesús, haznos más humildes, tan sencillos como tú. Gracias, Madre mía, por abrir tu corazón, porque nos congregas y nos das tu amor.