Vine a alabar a Dios. Vine a alabar a Dios. Vine a alabar su Nombre. Vine a alabar a Dios. Él vino a mi vida en un día muy especial, cambió mi corazón en un nuevo corazón y esa es la razón por la que digo que... ¡Vine a alabar a Dios!
(Canta Aleluya al Señor. Canta Aleluya al Señor. Canta Aleluya, canta Aleluya, canta Aleluya al Señor.)(Bis) Aquí Él está y se mueve entre todos, aquí Él está, le sentimos, ¡aleluya! Aquí Él está y Él quiere hacer maravillas; aquí Él está, le sentimos, ¡aleluya!
Estribillo El Señor es Señor, le alabamos, le adoramos. El Señor, es Señor, le cantamos, ¡aleluya! El Señor es Señor y alzamos nuestras manos, el Señor hoy y ayer y por la eternidad.
Entre tus manos está mi vida, Señor. Entre tus manos pongo mi existir. Hay que morir, para vivir. Entre tus manos confío mi ser.
Si el grano de trigo no muere, si no muere solo quedará, pero si muere en abundancia dará un fruto eterno que no morirá. Hay que morir, para vivir. Entre tus manos confío mi ser.
Señor (Señor), toma mi vida nueva, antes de que la espera, desgaste años en mí. Estoy (estoy) dispuesto a lo que quieras, no importa lo que sea, Tú llámame a servir.
Llévame donde los hombres, necesiten tus Palabras, necesiten mis ganas de vivir. Donde falte la esperanza, donde falte la alegría, simplemente, por no saber de Ti. Te doy (Te doy) mi corazón sincero, para gritar sin miedo, tu Grandeza, Señor. Tendré (tendré) mis manos sin cansancio, tu Historia entre mis labios, y fuerza en la oración.
Estribillo Y así (y así), en marcha iré cantando, por calles predicando lo bello que es tu Amor. Señor (Señor), tengo alma misionera, condúceme a la tierra que tenga sed de Dios.
Estribillo Maestro (Maestro), tu promesa divina de compartir un Reino de justicia y amor. Hoy (hoy) quiero ser tu testigo Y sé Tú mi camino, mi luz y mi amor.
Estribillo Nota: lo que está entre paréntesis es la segunda voz.
Junto a ti, María, como un niño quiero estar, tómame en tus brazos, guíame en mi caminar. Quiero que me eduques, que me enseñes a rezar; hazme transparente, lléname de paz.
Madre, Madre, Madre, Madre. Madre, Madre, Madre, Maadre. Gracias, Madre mía, por llevarnos a Jesús, haznos más humildes, tan sencillos como tú. Gracias, Madre mía, por abrir tu corazón, porque nos congregas y nos das tu amor.