Jesús está entre nosotros, Él vive hoy y su Espíritu a todos da. Jesús, razón de nuestra vida, es el Señor, nos reúne en pueblo de amor. Cambia nuestras vidas con tu fuerza, guárdanos por siempre en tu Presencia. Tú eres verdad, Tú eres la paz.
Estribillo Rompe las cadenas que nos atan. Llénanos de gracia en tu Palabra. Gracias, Señor, gracias, Salvador.
Estribillo Nuestras existencias hoy te alaban. Nuestros corazones te dan gracias. Tú eres amor, eres canción.
Estribillo final: terminar en el acorde con el que se comienza el canto.
"Aleluya", cantará quien perdió la esperanza; y la tierra sonreirá. ¡Ale-lu-u-ya! Lo cantamos 3 veces: la primera con arpegio, la segunda con rasgueo suave, la tercera con rasgueo fuerte; subiendo, escalonadamente, el volumen de la voz en cada una de ellas.
Entre tus manos está mi vida, Señor. Entre tus manos pongo mi existir. Hay que morir, para vivir. Entre tus manos confío mi ser.
Si el grano de trigo no muere, si no muere solo quedará, pero si muere en abundancia dará un fruto eterno que no morirá. Hay que morir, para vivir. Entre tus manos confío mi ser.
Junto a ti, María, como un niño quiero estar, tómame en tus brazos, guíame en mi caminar. Quiero que me eduques, que me enseñes a rezar; hazme transparente, lléname de paz.
Madre, Madre, Madre, Madre. Madre, Madre, Madre, Maadre. Gracias, Madre mía, por llevarnos a Jesús, haznos más humildes, tan sencillos como tú. Gracias, Madre mía, por abrir tu corazón, porque nos congregas y nos das tu amor.