Vine a alabar a Dios. Vine a alabar a Dios. Vine a alabar su Nombre. Vine a alabar a Dios. Él vino a mi vida en un día muy especial, cambió mi corazón en un nuevo corazón y esa es la razón por la que digo que... ¡Vine a alabar a Dios!
Aleluya, alelu, aleluya, aleluya, aleluya. Aleluya, alelu, aleluya, aleluya, aleluya. Yo quiero más y más de Cristo, yo quiero más de su Poder, yo quiero más de su Presencia, yo quiero más y más de Él.
Esto que te doy es vino y pan, Señor, esto que te doy es mi trabajo, es mi corazón, es mi alma, es mi cuerpo y mi razón, el esfuerzo de mi caminar.
Toma mi vida, ponla en tu corazón. Dame tu mano y llévame. Cambia mi pan en tu Carne y mi vino en tu Sangre y a mí, Señor, renuévame, límpiame y sálvame. Esto que te doy, mi vida es, Señor, es mi amor, también es mi dolor, es la ilusión de mis sueños, es mi gozo y mi llorar, es mi canto y mi oración.
Estribillo Esto que te doy no solo yo, Señor, esta voz también es de mi hermano, es la unión la paz y el orden, la armonía y felicidad, es un canto en comunidad.
El Señor, Dios, nos amó como nadie amó jamás. Él nos guía como estrella cuando no existe la luz. Él nos da todo su amor mientras la fracción del pan. Es el pan de la unidad, el pan de Dios.
Es mi Cuerpo, tomad y comed. Esta es mi Sangre, tomad y bebed, pues Yo soy la Vida, yo soy el Amor. ¡Oh, Señor, condúcenos hasta tu amor! El Señor, Dios, nos amó como nadie amó jamás. Sus paisanos le creían hijo de un trabajador. Como todos Él también ganó el pan con su sudor, y conoce la fatiga y el dolor.
Estribillo El Señor, Dios, nos amó como nadie amó jamás. Él reúne a los hombres y les da a vivir su amor. Los cristianos todos ya miembros de su cuerpo son, nadie puede separarles de su amor.
Estribillo El Señor nos da su Amor como nadie nos lo dio. El reúne a sus amigos en la mesa del amor. En el mundo todos son carne y sangre del Señor. Nadie puede separarnos de su amor.
Cristo, tu Cruz es respuesta real para este mundo, para este tiempo que huye en temores. Tú eres Camino, eres Verdad, eres la Vida.
No tengo miedo de la libertad. No tengo miedo, Señor de la vida, me quiero entregar. Toma mis manos, mi voz y mi andar y yo alzaré alto la Cruz, derramada de amor. Para que sea bandera de la juventud, tu triunfo santo que junto a mi canto se harán fuerte luz, para que vean tu rostro, Jesús, hombres con sed, hombres valientes que quieran seguir… tu caminar. Al verte herido reinando en la Cruz dices mi nombre, suenan tambores al escucharte. Oigo las voces de aquellos hombres que tienen hambre.
Estribillo Santa María, me acojo a tu amor, pido tu fuego que arde de ruegos hoy por tus hijos. Virgen María, Rosa del cielo, oye mi canto.
(Sé de quién me he fiado, confío, Señor, en Ti. Y aunque a veces parezca de piedra, confío, Señor, en Ti. Y aunque el corazón se pegue a la tierra, confío en Ti, confío en Ti, mi Señooor, mi Señooor.) (Bis)
Junto a ti, María, como un niño quiero estar, tómame en tus brazos, guíame en mi caminar. Quiero que me eduques, que me enseñes a rezar; hazme transparente, lléname de paz.
Madre, Madre, Madre, Madre. Madre, Madre, Madre, Maadre. Gracias, Madre mía, por llevarnos a Jesús, haznos más humildes, tan sencillos como tú. Gracias, Madre mía, por abrir tu corazón, porque nos congregas y nos das tu amor.