Abrid las puertas de par en par que va a entrar el rey de la gloria. Abrid las puertas de par en par, que va a entrar el Hijo de Dios.
Para celebrar dos mil años de luz, dos mil años de misericordia. Para celebrar dos mil años de luz, dos mil años de liberación. Cerrad los ojos y contemplad la presencia del cielo en nosotros. Vivimos juntos en comunión: santos, ángeles e hijos de Dios.
Estribillo Danzad con júbilo ante el Señor que proclama un año de gracia. Alzad las voces para cantar y alabar ante el trono de Dios.
Estribillo Dejad que fluya su gran amor y que sane todas las heridas. Dejad que os cubra con su gran paz y que os llene de gozo y perdón.
Gloria a Dios en el cielo. Gloria y en la tierra paz. Gloria a los hombres que ama el Señor.
Gloria a Dios en el cielo. Gloria y en la tierra paz. Gloria a los hombres que ama el Señor.
Por tu inmensa gloria, te alabamos, te bendecimos, te adoramos, glorificamos, te damos gracias, Señor Dios, Rey celestial. Dios Padre todopoderoso, Señor, hijo único, Jesús.
Estribillo (no bis)
Señor Dios, Cordero de Dios, Hijo del Padre, Tú, que quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros. Tú, que quitas el pecado del mundo, atiende a nuestra súplica. Tú, que estás sentado a la derecha del Padre, ten piedad de nosotros.
Porque solo Tú eres santo, solo Tú Señor, Altísimo Jesús, con el Espíritu Santo y en la gloria de Dios Padre. Amén.
(Aleluya, aleluya, aleluya, aleluya, aleluya.) (Bis) Si sientes que Cristo, en ti vivo está grita fuerte en tu alma: ¡Aleluya! Si piensas que el mundo, aún puede cambiar grita fuerte en tu alma: ¡Aleluya!
Un niño se te acercó, aquella tarde, sus cinco panes te dio, para ayudarte. Los dos hicisteis que ya, no hubiera hambre; los dos hicisteis que ya, no hubiera hambre.
La tierra, el aire y el sol, son tus regalos, y mil estrellas de luz, sembró tu mano. El hombre pone su amor y su trabajo; el hombre pone su amor y su trabajo.
También yo vengo a poner, sobre tu mesa, mis cinco panes que son, una promesa, de darte todo mi amor y mi pobreza; de darte todo mi amor y mi pobreza.
(Santo es el Señor, Dios de los hombres, es el Señor.) (Bis) Llenos están el cielo y tierra de tu gloria, el cielo y tierra de tu amor. Él hizo el mar, Él hizo el cielo, hizo la tierra; hizo a los hombres, es nuestro Dios. Todos cantad: "Aquel que viene es el Señor. Aquel que viene es el Señor."
Estribillo final: terminar en el mismo acorde con el que se empezó el canto. Notas: - Cantar las estrofas con un nivel de voz más suave y el estribillo más fuerte. - Los chicos cantarán las estrofas mientras que las chicas van repitiendo el estribillo, solapándose ambas voces.
Hoy te quiero contar Jesús, amigo, que contigo estoy feliz si tengo tu amistad lo tengo todo pues estás dentro de mí.
Después de comulgar me haces como Tú, me llenas con tu paz. En cada pedacito de este pan completo estás y así te das.
Estás ahí por mí, porque conoces que sin Ti, pequeño soy de ahora en adelante nada nos separará, ya lo verás.
Te escondes en el pan y aunque no te puedo ver te puedo acompañar; es mi lugar preferido. Hoy quiero comulgar, abrirte mi corazón y así, de par en par, eres mi mejor amigo. Dos mil años atrás a tus amigos invitaste a cenar y ahí les prometiste que con ellos por siempre ibas a estar.
Y ahora cada vez que el sacerdote eleva el pan en el altar me pongo de rodillas porque sé que en esa hostia Tú estás.
Te escondes en el pan y aunque no te puedo ver te puedo acompañar; es mi lugar preferido. Hoy quiero comulgar, abrirte mi corazón y así, de par en par, eres mi mejor amigo.
Me vuelves a salvar como lo hiciste en la Cruz en cada misa, Tú, repites tu sacrificio.
Hoy quiero comulgar, abrirte mi corazón y así, de par en par, eres mi mejor amigo, Jesús.
Alma de Cristo, santifícame. Cuerpo de Cristo, sálvame. Sangre de Cristo, embriágame. Agua del costado, lávame.
Pasión de Cristo, confórtame. ¡Oh, mi buen Jesús, óyeme! Dentro de tus llagas, escóndeme. No permitas que me aparte de Ti.
Del maligno enemigo, defiéndeme. En la hora de mi muerte, llámame e ir a Ti, mándame. Con tus santos yo te alabaré por los siglos de los siglos. Amén. Con tus santos yo te alabaré.
Nota: el instrumento de la caja entra al comienzo de la frase: "Del maligno enemigo..."
Tú eres Santa María, eres nuestra Señora; porque haces tan nuestro al Señor eres madre de Dios, eres mi tierna madre, y Madre de la humanidad. Te pedimos que ruegues por todos nosotros heridos por tanto pecar desde hoy hasta el día final de este peregrinar.
María, he buscado tu imagen, serena, perdida, entre un manto de luz y al fin te encontré dolorosa, llorando de pena a los pies de una cruz.
María, he querido sentirte, entre tantos milagros, que cuentan de ti y al fin te encontré en mi camino, en la misma vereda que yo; tenías tu cuerpo cansado, un niño en los brazos, durmiendo en tu paz. (María, mujer, que regalas la vida sin fin.) (Bis)