Han pasado ya tres días desde que se fue.
Todavía no entiendo cómo le ha pasado esto a Él,
al que más amaba, al que por amor vivía.
Se me encoge el corazón al ver tan rota a María,
Cojo unas colonias y voy a visitarle.
Llamo a mis amigas para acompañarme.
De camino, no podemos evitar
lágrimas que caen al recordar.
Llegamos al sepulcro; la piedra han movido.
No entendemos nada, el sepulcro está vacíooo.
¿Qué es lo que ha pasado, acaso Lo han robado?
Y cuando miro dentro, un ser de luz sentado
que susurra a mi lado:
No entiendo, mujer, ¿por qué lloras?,
¿por qué buscáis entre los muertos?
Él no está aquí, ha resucitado.
Recordad cuando os dijo
que debía ser entregado
por nuestros pecados, ser crucificado,
pero que al tercer día volvería.
Paz en mis entrañas, amor inexplicable.
Sólo quiero gritarlo: ¡Dios existe, Dios es grande!
Lágrimas, ahora, de felicidad,
nos han regalado la eternidaaad.
No entiendo, mujer, ¿por qué lloras?,
¿por qué buscáis entre los muertos?
Él no está aquí, ha resucitado.
Recordad cuando os dijo
que debía ser entregado
por nuestros pecados.
No entiendo, mujer, ¿por qué lloras?,
¿por qué buscáis entre los muertos?
Él no está aquí, ha resucitado.
Recordad cuando os dijo
que debía ser entregado
por nuestros pecados, ser crucificado,
pero que al tercer día volvería.