Gracias quiero darte por amarme.
Gracias quiero darte yo a Ti, Señor .
Hoy soy feliz porque te conocí.
Gracias por amarme a mí también.

Yo quiero ser, Señor, amado,
como el barro en manos del alfarero,
(toma mi vida, hazla de nuevo.
Yo quiero seer un vaso nuevo.) (Bis)

Te conocí y te amé.
Te pedí perdón y me escuchaaste.
Si te ofendí, perdóname, Señor,
pues te amo y nunca te olvidaré.

Estribillo
Aleluya, alelu, aleluya,
aleluya, aleluya.
Aleluya, alelu, aleluya,
aleluya, aleluya.

Yo quiero más y más de Cristo,
yo quiero más de su Poder,
yo quiero más de su Presencia,
yo quiero más y más de Él.

Estribillo
Esto que te doy es vino y pan, Señor,
esto que te doy es mi trabajo,
es mi corazón, es mi alma,
es mi cuerpo y mi razón,
el esfuerzo de mi caminar.

Toma mi vida, ponla en tu corazón.
Dame tu mano y llévame.
Cambia mi pan en tu Carne
y mi vino en tu Sangre
y a mí, Señor, renuévame,
límpiame y sálvame.

Esto que te doy, mi vida es, Señor,
es mi amor, también es mi dolor,
es la ilusión de mis sueños,
es mi gozo y mi llorar,
es mi canto y mi oración.

Estribillo
Esto que te doy no solo yo, Señor,
esta voz también es de mi hermano,
es la unión, la paz y el orden,
la armonía y felicidad,
es un canto en comunidad.

Estribillo
Intro:


Santo, Santo, Santo,
Santo es el Señor,
(Santo es el Señor,
Dios del Universo.) (Bis)

Llenos están el cielo
y la tierra de tu Gloria.

Hosanna, hosanna,
hosanna en el cielo.
Hosanna, hosanna,
hosanna en el cielo.


Bendito el que viene
en nombre del Señor.

Estribillo
Versión original:
Cordero de Dios que quitas
el pecado del mundo,
ten piedad de nosotros,
ten piedad de nosotros.

Cordero de Dios que quitas
el pecado del mundo,
ten piedad de nosotros
y danos la paz.
Versión Schoenstatt:
Quiero hablar de un amor infinito
que se vuelve niño frágil,
amor de hombre humillado.
Quiero hablar de un amor apasionado.

Con dolor carga nuestros pecados.
Siendo rey se vuelve esclavo,
fuego de amor poderoso,
salvador, humilde, fiel, silencioso.

Amor que abre sus brazos de acogida.
Quiero hablar del camino hacia la vida.
Corazón paciente, amor ardiente.
Quiero hablar de aquel que vence a la muerte.

Quiero hablar de un amor generoso,
que hace y calla, amor a todos
buscándonos todo el tiempo.
Esperando la respuesta, el encuentro.

Estribillo
Quiero hablar de un amor diferente,
misterioso, inclaudicable,
amor que vence en la cruz.
Quiero hablar del corazón de Jesús.

Amor que abre sus brazos de acogida.
Quiero hablar del camino hacia la vida.
Corazón paciente, amor ardiente.
Quiero hablar de aquel que vence a la muerte.

Amor que abre sus brazos de acogida.
Quiero hablar del camino hacia la vida.
Corazón paciente, amor ardiente.
Quiero hablar de aquel que vence a la muerte.
Quiero hablar de aquel que vence a la muerte.


Versión original:
Quiero hablar de un amor infinito
que se vuelve niño frágil,
amor de hombre humillado.
Quiero hablar de un amor apasionado.

Con dolor carga nuestros pecados.
Siendo rey se vuelve esclavo,
fuego de amor poderoso,
Salvador, humilde, fiel, silencioso.

Amor que abre sus brazos de acogida.
Quiero hablar del camino hacia la vida.
Corazón paciente, amor ardiente.
Quiero hablar de aquel que vence a la muerte.

Quiero hablar de un amor generoso,
que hace y calla, amor a todos
buscándonos todo el tiempo.
Esperando la respuesta, el encuentro.

Estribillo
Quiero hablar de un amor diferente,
misterioso, inclaudicable,
amor que vence en la cruz.
Quiero hablar del corazón de Jesús.

Estribillo final (bis) +
Quiero hablar de aquel que vence a la muerte.
Hágase en mí según tu Palabra,
hágase en mí según tu sueño,
hágase en mí según Tú quieras,
hágase en mí tu amor.

En la luz o en la tiniebla,
en el gozo o el dolor,
en certezas o entre dudas,
¡Hágase!, Señor.

Estribillo
En la riqueza o la nada,
en la guerra o en la paz,
en la fiesta o en el duelo,
¡Hágase!, Señor.

Estribillo
Envuelta en miedo o sosiego,
en silencio o con tu Voz,
en risas o entre sollozos,
¡Hágase!, Señor.

Estribillo
En la muerte o en la vida,
en salud o enfermedad,
frágil o fortalecida.
¡Hágase!, Señor.

Estribillo
Dios te salve, María, Sagrada María,
Señora de nuestro camino.
Llena eres de gracia
llamada entre todas
a ser la Madre de Dios.
El Señor es contigo y tú eres la sierva
dispuesta a cumplir su misión;
y bendita tú eres, dichosa,
te llaman a ti,
"la escogida de Dios".
Y bendito es el fruto que crece
en tu vientre, el Mesías
del pueblo de Dios,
al que tanto esperamos
que nazca y que sea nuestro Rey.

María, he mirado hacia el cielo
pensando entre nubes
tu rostro encontrar
y al fin, te encontré en un establo
entregando la vida a Jesús, Salvador.
María, he querido sentirte,
entre tantos milagros,
que cuentan de ti;
al fin te encontré en mi camino,
en la misma vereda que yo;
tenías tu cuerpo cansado,
un niño en los brazos,
durmiendo en tu paz.
(María, mujer, que regalas
la vida sin fin.) (Bis)