Dios está aquí, tan cierto como el aire que respiro, tan cierto como la mañana se levaanta, tan cierto como que este canto lo puedes oír. Lo puedes sentir moviéndose entre los que aman. Lo puedes oír cantando con nosotros aquí. Lo puedes llevar cuando por esa puerta salgas. Lo puedes guardar muy dentro de tu corazón.
Estribillo Lo puedes notar junto a ti en cualquier momento; le puedes hablar de esa vida que le quieres dar; no temas ya más, Él es Dios y nos perdona a todos; Jesús está aquí, si tú quieres le puedes seguir.
"Aleluya", cantará quien perdió la esperanza; y la tierra sonreirá. ¡Ale-lu-u-ya! Lo cantamos 3 veces: la primera con arpegio, la segunda con rasgueo suave, la tercera con rasgueo fuerte; subiendo, escalonadamente, el volumen de la voz en cada una de ellas.
Esto que te doy es vino y pan, Señor, esto que te doy es mi trabajo, es mi corazón, es mi alma, es mi cuerpo y mi razón, el esfuerzo de mi caminar.
Toma mi vida, ponla en tu corazón. Dame tu mano y llévame. Cambia mi pan en tu Carne y mi vino en tu Sangre y a mí, Señor, renuévame, límpiame y sálvame. Esto que te doy, mi vida es, Señor, es mi amor, también es mi dolor, es la ilusión de mis sueños, es mi gozo y mi llorar, es mi canto y mi oración.
Estribillo Esto que te doy no solo yo, Señor, esta voz también es de mi hermano, es la unión la paz y el orden, la armonía y felicidad, es un canto en comunidad.
Señor, toma mi vida nueva, antes de que la espera, desgaste años en mí. Estoy dispuesto a lo que quieras, no importa lo que sea, Tú llámame a servir.
Llévame donde los hombres, necesiten tus Palabras, necesiten mis ganas de vivir. Donde falte la esperanza, donde falte la alegría, simplemente, por no saber de Ti. Te doy mi corazón sincero, para gritar sin miedo, tu Grandeza, Señor. Tendré mis manos sin cansancio, tu Historia entre mis labios, y fuerza en la oración.
Estribillo Y así, en marcha iré cantando, por calles predicando lo bello que es tu Amor. Señor, tengo alma misionera, condúceme a la tierra que tenga sed de Dios.
Estribillo Maestro, tu promesa divina de compartir un Reino de justicia y amor. Hoy quiero ser tu testigo Y sé Tú mi camino, mi luz y mi amor.
Estribillo Nota: la última estrofa no la cantamos.
Junto a ti, María, como un niño quiero estar, tómame en tus brazos, guíame en mi caminar. Quiero que me eduques, que me enseñes a rezar; hazme transparente, lléname de paz.
Madre, Madre, Madre, Madre. Madre, Madre, Madre, Maadre. Gracias, Madre mía, por llevarnos a Jesús, haznos más humildes, tan sencillos como tú. Gracias, Madre mía, por abrir tu corazón, porque nos congregas y nos das tu amor.