Intro (bis):


Todo empezó en una cruz
donde un hombre sufrió
y un Dios se entregó.
Silenciosa la muerte llegó
extinguiendo la luz que en un grito se ahogó.

Viendo su faz de dolor
una madre lloró y su amigo calló.
Pero siendo una entrega de amor
su camino siguió y en algún otro lado
una luz se encendió.

Siendo hombre, amigo, esclavo y maestro;
siendo carga pesada, profesor y aprendiz
entregó hasta su cuerpo en el pan
y la vid.

Desde entonces lo he visto
caminar a mi lado,
a ese Dios que se humilla
y muere por mí.
Es la barca en mi playa,
el ruido del silencio,
que se acerca a su Hijo y me abraza feliz,
que se acerca a su Hijo y me abraza feliz.

Viendo un humilde calvario
con rostro cansado soporta la cruz,
y al verme rezando a sus pies
se olvida de Él, me toma en sus brazos
y me acoge otra vez.

Siendo fuego, paloma, el agua y el viento;
siendo niño inocente, un Padre y Pastor
hoy acepta mi ofrenda,
es mi vida Señor.

Estribillo
Y si ahora yo acepto esta cruz
es por esa persona, ese Dios,
es por Cristo, Jesús.

Estribillo
Cuánto he esperado este momento,
cuánto he esperado que estuvieras así.
Cuánto he esperado que me hablaras,
cuánto he esperado que vinieras a Mí.
Yo sé bien lo que has vivido.
Yo sé bien por qué has llorado.
Yo sé bien lo que has sufrido,
pues, de tu lado no me he ido.

Pues nadie te ama como Yo.
Pues nadie te ama como Yo.
Mira la Cruz,
esta es mi más grande prueba.
Nadie te ama como Yo.

Pues nadie te ama como Yo.
Pues nadie te ama como Yo.
Mira la Cruz,
fue por ti, fue porque te amo.
Nadie te ama como Yo.

Yo sé bien lo que me dices,
aunque a veces no me hables.
Yo sé bien lo que en ti sientes,
aunque nunca lo compartes.
Yo a tu lado he caminado,
junto a ti Yo siempre he ido.
Aún a veces te he cargado,
Yo he sido tu mejor amigo.

Estribillo
¡Victoria!,
¡Tú reinarás!
¡Oh, Cruz,
Tú nos salvarás!

El verbo en Ti clavado,
muriendo nos rescató.
De Ti, madero santo,
nos viene la redención.

Estribillo
Extiende por el mundo,
tu Reino de Salvación.
¡Oh, Cruz!, fecunda fuente
de vida y bendición.

Estribillo
Impere sobre el odio
tu Reino de Caridad.
Alcancen las naciones
el gozo de la unidad.

Estribillo
Aumente en nuestras almas
tu Reino de Santidad.
El río de la gracia
apague la iniquidad.

Estribillo
Adoraré tus pies heridos,
tus pies de mensajero,
que traen la paz,
que traen la paz a mi corazón.

Yo adoraré, Señor, y abrazaré
tu cuerpo herido.
Yo adoraré, Señor, y abrazaré
tu cruz,
(tu humanidad,
tu humanidad.) (Bis)

Adoraré tus rodillas,
que soportaron mis caídas
y se doblaron, y se doblaron
ante mí.

Estribillo
Adoraré tus manos suaves
y las heridas que las traspasan.
Con ellas me alzaste y me abrazaste
en mi seol.

Estribillo
Adoraré tu rostro herido,
tu semblante sin hermosura
y en cada espina de tu cabeza
veré a mi Dios.

Estribillo
Abrazaré fuerte tu pecho
y escucharé tus latidos,
Y de la herida de tu costado
yo beberé.

Estribillo
Pedro te negó tres veces:
mil veces yo te negué.
(Si Pedro lloró su culpa,
mi culpa yo lloraré.)(Bis)

Hoy quisiera llorar igual que Pedro,
porque, al igual que Pedro, te he negado.
Hoy te vengo a decir que me arrepiento
y que soy de los tuyos y que sigo a tu lado.

Estribillo
Te he negado, Señor, y fui cobarde,
porque no quise dar por Ti la cara.
Tuve miedo y fingí no conocerte,
y al pasar Tú a mi lado, yo te he dado la espalda.

Estribillo