Eres más que el mar,
la gota de rocío en el arenal,
la flor nacida en medio del pedregal
a fuerza de esperanza, fe y caridad,
así eres tú, María de Jesús.
(o también "así eres tú, María de Jesús.")
Siento una vez más
tu mano dirigiendo mi caminar,
tus ojos encendiendo mi oscuridad,
tu corazón de Madre latiendo está,
junto a la Cruz, María de Jesús.
(o también "junto a la Cruz, María de Jesús. ")
Llévame hasta Él
y esconde mi lucero en su amanecer,
aviva en mi alma el fuego de su querer
y apagaré mi sed.
Dame de beber
la sangre del cordero que fue a nacer
del seno inmaculado de ti, mujer,
de noche y en Belén.
Sólo una vez más,
dirige mi sendero hacia ese portal
y esconde mi camino en tu caminar
para borrar las huellas de todo mal,
danos tu luz, María de Jesús.
Soy como el cristal,
que deja cada día la luz pasar,
que encierra claridades por donde va,
soy como luna llena, para brillar,
así soy yo, la madre del Señor.
Estribillo final (bis)