Viviré alabándote, adorándote y sirviéndote; toda mi capacidad de amar es para Ti. Viviré alabándote, adorándote y sirviéndote; toda mi capacidad de amar es para Ti. Todo lo que tengo es tuyo, en todo puedo encontrarte, haz que sepa utilizarloo, solo si me ayuda a amarte.
No sé cómo alabarte, ni qué decir, Señor, confío en tu mirada que me abre el corazón. Toma mi pobre vida, qué sencilla ante Ti, quiere ser alabanza por lo que haces en mí.
Gloria, gloria a Dios. Gloria, gloria a Dios. Gloria, gloria a Dios. Gloria, gloria a Dios. Siento en mí tu presencia, soy como Tú me ves, bajas a mi miseria, me llenas de tu paz. Indigno de tus dones, mas por tu gran amor, tu Espíritu me llena. Gracias te doy, Señor.
Estribillo Gracias por tu Palabra, gracias por el amor, gracias por nuestra Madre, gracias te doy, Señor. Gracias por mis hermanos, gracias por el perdón, gracias porque nos quieres junto a Ti, Señor.
Este es el día en que actuó el Señor, sea nuestra alegría y nuestro gozo. Dad gracias al Señor porque es bueno, porque es eterna su misericordia. ¡Aleluya, aleluya! Que lo diga la casa de Israel: es eterna su misericordia. Que lo diga la casa de Aarón: es eterna su misericordia. Que lo digan lo fieles del Señor: es eterna su misericordia.
Estribillo Escuchad, hay cantos de victoria en las tiendas de los justos, la diestra del Señor es poderosa, es excelsa la diestra del Señor, la diestra del Señor es poderosa, es excelsa la diestra del Señor.
Estribillo Abridme las puertas del triunfo y entraré para dar gracias al Señor, esta es la puerta del Señor, los vencedores entrarán por ella, yo no he de morir, yo viviré para contar las hazañas del Señor.
Estribillo La piedra que el cantero desechó, es ahora la piedra angular. Es el Señor quien lo ha hecho esto ha sido un milagro patente. Te doy gracias porque me escuchaste, porque fuiste mi salvación.
Esto que te doy es vino y pan, Señor, esto que te doy es mi trabajo, es mi corazón, es mi alma, es mi cuerpo y mi razón, el esfuerzo de mi caminar.
Toma mi vida, ponla en tu corazón. Dame tu mano y llévame. Cambia mi pan en tu Carne y mi vino en tu Sangre y a mí, Señor, renuévame, límpiame y sálvame. Esto que te doy, mi vida es, Señor, es mi amor, también es mi dolor, es la ilusión de mis sueños, es mi gozo y mi llorar, es mi canto y mi oración.
Estribillo Esto que te doy no solo yo, Señor, esta voz también es de mi hermano, es la unión la paz y el orden, la armonía y felicidad, es un canto en comunidad.
(Santo, Santo, Santo, Santo, Santo es el Seño-o-or. Llenos están el cielo y tierra de tu amor.) (Bis) Bendito el que viene en el nombre, el que viene en el nombre del Señor, del Señor.
Estribillo final: una vez Segunda voz: Santo es el Señor, llenos están el cielo y tierra de su amor.
Una nueva primavera que mueve a la juventud, y que se alza por el mundo, con una sola inquietud, la inquietud de la justicia, de la vida y del amor que se está quedando ajada por falta de corazón.
Quiero que seas una nueva primavera, que sientas un compromiso, y que vivas de verdad. Quiero que seas una nueva primavera, y canta, vive y proclama el amor y la igualdad. Y no todo en este mundo es egoísmo y maldad, aun quedan jóvenes vivos, en busca de la verdad. Siente y vive la llamada que te dice libertad, lucha por un mundo nuevo, lleno de justicia y paz.
Versión Parroquia san Bruno-Misa de 20h: Eres madre muy sencilla, criatura del Señor. Virgen pobre, Madre mía, llena de gracia y de amor. Fuiste arcilla entre sus manos y el Señor te modeló. Aceptaste ser su esclava siempre dócil a su voz.
(Yo quiero ser arcilla entre sus manos. Yo quiero ser vasija de su amor.) (Bis) Quiero dejar lo mío para Él, para Él.
Versión original: Eres madre muy sencilla, criatura del Señor. Virgen pobre, Madre mía, llena de gracia y de amor. Fuiste arcilla entre sus manos y el Señor te modeló. Aceptaste ser su esclava siempre dócil a su voz.
(Yo quiero ser arcilla entre sus manos. Yo quiero ser vasija de su amor.) (Bis) Quiero dejar lo mío para Él, para Él. Yo quiero ser arcilla entre sus manos. Yo quiero ser vasija de su amor. No entendías sus palabras, pero respondes con fe. Dejas que su amor te guíe, confiando siempre en Él. Por su espíritu de vida te dejaste transformar, te abandonas en sus manos para hacer su voluntad.