Un nuevo Reino está amaneciendo; un nuevo Reino está surgiendo; un nuevo Reino está naciendo entre las ruinas de un viejo imperio. Es un Reino de paz, es un Reino de amor, es un Reino de justicia y libertad… (donde reina la hermandad, donde reina la igualdad, donde reina el Rey de reyes de verdad.) (Bis)
Aleluya, alelu, aleluya, aleluya, aleluya. Aleluya, alelu, aleluya, aleluya, aleluya. Yo quiero más y más de Cristo, yo quiero más de su Poder, yo quiero más de su Presencia, yo quiero más y más de Él.
Esto que te doy es vino y pan, Señor, esto que te doy es mi trabajo, es mi corazón, es mi alma, es mi cuerpo y mi razón, el esfuerzo de mi caminar.
Toma mi vida, ponla en tu corazón. Dame tu mano y llévame. Cambia mi pan en tu Carne y mi vino en tu Sangre y a mí, Señor, renuévame, límpiame y sálvame. Esto que te doy, mi vida es, Señor, es mi amor, también es mi dolor, es la ilusión de mis sueños, es mi gozo y mi llorar, es mi canto y mi oración.
Estribillo Esto que te doy no solo yo, Señor, esta voz también es de mi hermano, es la unión la paz y el orden, la armonía y felicidad, es un canto en comunidad.
Sois la semilla que ha de crecer, sois la estrella que ha de brillar. Sois levadura, sois grano de sal, antorcha que debe alumbrar. Sois la mañana que vuelve a nacer, sois la espiga que empieza a granar. Sois aguijón y caricia a la vez, testigos que voy a enviar.
Id, amigos, por el mundo, anunciando el amor, mensajeros de la vida, de la paz y el perdón. Sed amigos, los testigos de mi Resurrección. Id llevando mi presencia, con vosotros estoy. Sois una llama que ha de encender resplandores de fe y caridad. Sois los pastores que han de guiar al mundo por sendas de paz. Sois los amigos que quise escoger, sois palabras que intento gritar. Sois Reino nuevo que empieza a engendrar justicia, amor y verdad.
Estribillo Sois fuego y savia que vine a traer, sois la ola que agita la mar. La levadura pequeña de ayer fermenta la masa del pan. Una ciudad no se puede esconder, ni los montes se han de ocultar. En vuestras obras que buscan el bien, los hombres al Padre verán.
Dulce Madre, no te alejes, tu vista de mí no apartes, ven conmigo a todas partes, y sola nunca me dejes. Y ya que me proteges tanto, como verdadera Madre, haz que me bendiga el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo, haz que me bendiga el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo.