Nos has llamado al desierto,
Señor, de la libertad
y está el corazón abierto
a la luz de tu verdad.
Subimos con esperanza
la escalada cuaresmal;
el pueblo de Dios avanza
hasta la cumbre pascual.

Tu pueblo, Señor, camina
desde la aurora al ocaso,
a tu Pascua se encamina
y te sigue paso a paso.

Estribillo
Señor, te reconocemos
y tu Palabra escuchamos,
tus caminos seguiremos
y tu ley de amor cantamos.

Estribillo
Se acerca, Señor, tu día
en el que todo florece
con su luz y su alegría,
ya el camino resplandece.

Estribillo
Entre tus manos
está mi vida, Señor.
Entre tus manos
pongo mi existir.
Hay que morir, para vivir.
Entre tus manos
confío mi ser.

Si el grano de trigo no muere,
si no muere solo quedará,
pero si muere en abundancia dará
un fruto eterno que no morirá.
Hay que morir, para vivir.
Entre tus manos
confío mi ser.
Santo, Santo,
Santo es el Señor,
Dios del Universo.
Llenos están el cielo y la tierra
de tu Gloria, Hosanna.

(Hosanna, Hosanna,
Hosanna, en el cielo.) (Bis)

Bendito el que viene
en nombre del Señor.
Hosanna en el cielo, Hosanna.

Estribillo
Nota: Pausa entre estribillo y segunda estrofa.
Señor (Señor),
toma mi vida nueva,
antes de que la espera,
desgaste años en mí.
Estoy (estoy)
dispuesto a lo que quieras,
no importa lo que sea,
Tú llámame a servir.

Llévame donde los hombres,
necesiten tus Palabras,
necesiten
mis ganas de vivir.
Donde falte la esperanza,
donde falte la alegría,
simplemente,
por no saber de Ti.

Te doy (Te doy)
mi corazón sincero,
para gritar sin miedo,
tu Grandeza, Señor.
Tendré (tendré)
mis manos sin cansancio,
tu Historia entre mis labios,
y fuerza en la oración.

Estribillo
Y así (y así),
en marcha iré cantando,
por calles predicando
lo bello que es tu Amor.
Señor (Señor),
tengo alma misionera,
condúceme a la tierra
que tenga sed de Dios.

Estribillo
Maestro (Maestro),
tu promesa divina
de compartir un Reino
de justicia y amor.
Hoy (hoy)
quiero ser tu testigo
Y sé Tú mi camino,
mi luz y mi amor.

Estribillo
Nota: lo que está entre paréntesis es la segunda voz.
Dulce Madre, no te alejes,
tu vista de mí no apartes,
ven conmigo a todas partes,
y sola nunca me dejes.
Y ya que me proteges tanto,
como verdadera Madre,
haz que me bendiga el Padre,
el Hijo y el Espíritu Santo,
haz que me bendiga el Padre,
el Hijo y el Espíritu Santo.