Vengo ante Ti, mi Señor, reconociendo mi culpa, con la fe puesta en tu amor que Tú me das como a un hijo. Te abro mi corazón y te ofrezco mi miseria, despojado de mis cosas, quiero llenarme de Ti.
Que tu Espíritu, Señor, abrase todo mi ser, hazme dócil a tu Voz, transforma mi vida entera. Hazme dócil a tu Voz, transforma mi vida entera. Puesto en tus manos, Señor, siento que soy pobre y débil, mas Tú me quieres así, yo te bendigo y te alabo. Padre, en mi debilidad, Tú me das la fortaleza, amas al hombre sencillo, le das tu paz y perdón.
Escucha, tú, la Palabra de Dios, no solo con tus oídos, también con tu corazón. Escucha, tú, la Palabra de Dios, estate siempre atento a su voz. Escucha, tú, la Palabra de Dios, no solo con tus oídos, también con tu corazón. Escucha, tú, la Palabra de Dios, estate siempre atento a su voz. Déjala entrar dentro de tu corazón, pásala a tu mente y a tu situación; vívela, vívela en tu realidad, haz que por tu vida llegue a los demás.
Estribillo Si tus manos son instrumento de Dios, da tu pan al pobre, préstale tu voz, ama a Dios, ama a Dios con tu caridad; oye su Palabra con sinceridad.
¿Qué te puedo dar que no me hayas dado Tú? ¿Qué te puedo decir que no me hayas dicho Tú? ¿Qué puedo hacer por Ti si yo no puedo hacer nada, si yo no puedo hacer nada, si no es por Ti, mi Dios?
(Todo lo que sé, todo lo que soy, todo lo que tengo es tuyo.)(Bis)
Cristo, tu Cruz es respuesta real para este mundo, para este tiempo que huye en temores. Tú eres Camino, eres Verdad, eres la Vida.
No tengo miedo de la libertad. No tengo miedo, Señor de la vida, me quiero entregar. Toma mis manos, mi voz y mi andar y yo alzaré alto la Cruz, derramada de amor. Para que sea bandera de la juventud, tu triunfo santo que junto a mi canto se harán fuerte luz, para que vean tu rostro, Jesús, hombres con sed, hombres valientes que quieran seguir… tu caminar. Al verte herido reinando en la Cruz dices mi nombre, suenan tambores al escucharte. Oigo las voces de aquellos hombres que tienen hambre.
Estribillo Santa María, me acojo a tu amor, pido tu fuego que arde de ruegos hoy por tus hijos. Virgen María, Rosa del cielo, oye mi canto.
Al estar en la presencia de tu divinidad y al contemplar la hermosura de tu santidad mi espíritu se alegra en tu Majestad. Te adoro a Ti, te adoro a Ti.
Cuando veo la grandeza de tu dulce amor y compruebo la pureza de tu corazón. mi espíritu se alegra en tu Majestad. Te adoro a Ti, te adoro a Ti.
(Y al estar aquí, delante de Ti, te adoraré. Postrado ante Ti, mi corazón te adora. ¡Oh, Dios! Y siempre quiero estar, para adorar, y contemplar tu santidad. Te adoro a Ti, Señor, te adoro a Ti.) (Bis) Nota: 1ª estrofa:solista chica. 2ª estrofa:chica y chico. Estribillo:todos.
Tú eres Santa María, eres nuestra Señora; porque haces tan nuestro al Señor eres madre de Dios, eres mi tierna madre, y Madre de la humanidad. Te pedimos que ruegues por todos nosotros heridos por tanto pecar desde hoy hasta el día final de este peregrinar.
María, he buscado tu imagen, serena, perdida, entre un manto de luz y al fin te encontré dolorosa, llorando de pena a los pies de una cruz.
María, he querido sentirte, entre tantos milagros, que cuentan de ti y al fin te encontré en mi camino, en la misma vereda que yo; tenías tu cuerpo cansado, un niño en los brazos, durmiendo en tu paz. (María, mujer, que regalas la vida sin fin.) (Bis)