Vine a alabar a Dios. Vine a alabar a Dios. Vine a alabar su Nombre. Vine a alabar a Dios. Él vino a mi vida en un día muy especial, cambió mi corazón en un nuevo corazón y esa es la razón por la que digo que... ¡Vine a alabar a Dios!
"Aleluya", cantará quien perdió la esperanza; y la tierra sonreirá. ¡Ale-lu-u-ya! Lo cantamos 3 veces: la primera con arpegio, la segunda con rasgueo suave, la tercera con rasgueo fuerte; subiendo, escalonadamente, el volumen de la voz en cada una de ellas.
Entre tus manos está mi vida, Señor. Entre tus manos pongo mi existir. Hay que morir, para vivir. Entre tus manos confío mi ser.
Si el grano de trigo no muere, si no muere solo quedará, pero si muere en abundancia dará un fruto eterno que no morirá. Hay que morir, para vivir. Entre tus manos confío mi ser.
Señor (Señor), toma mi vida nueva, antes de que la espera, desgaste años en mí. Estoy (estoy) dispuesto a lo que quieras, no importa lo que sea, Tú llámame a servir.
Llévame donde los hombres, necesiten tus Palabras, necesiten mis ganas de vivir. Donde falte la esperanza, donde falte la alegría, simplemente, por no saber de Ti. Te doy (Te doy) mi corazón sincero, para gritar sin miedo, tu Grandeza, Señor. Tendré (tendré) mis manos sin cansancio, tu Historia entre mis labios, y fuerza en la oración.
Estribillo Y así (y así), en marcha iré cantando, por calles predicando lo bello que es tu Amor. Señor (Señor), tengo alma misionera, condúceme a la tierra que tenga sed de Dios.
Estribillo Maestro (Maestro), tu promesa divina de compartir un Reino de justicia y amor. Hoy (hoy) quiero ser tu testigo Y sé Tú mi camino, mi luz y mi amor.
Estribillo Nota: lo que está entre paréntesis es la segunda voz.
Junto a ti, María, como un niño quiero estar, tómame en tus brazos, guíame en mi caminar. Quiero que me eduques, que me enseñes a rezar; hazme transparente, lléname de paz.
Madre, Madre, Madre, Madre. Madre, Madre, Madre, Maadre. Gracias, Madre mía, por llevarnos a Jesús, haznos más humildes, tan sencillos como tú. Gracias, Madre mía, por abrir tu corazón, porque nos congregas y nos das tu amor.
Quiero caminar contigo, María, pues tú eres mi Madre, eres mi guía. Tú eres para mí el más grande ejemplo de santidad, de humildad.
Quiero caminar contigo, María, no solo un momento, todos los días. Necesito tu amor de Madre, tu intercesión ante el Señor.
Guía mis pasos, llévame al cielo Bajo tu manto, no tengo miedo. Llena de gracia, Ave María, hoy yo te ofrezco toda mi vida. Quiero caminar contigo, María, Madre en el dolor y en la alegría. Tú que fuiste fiel hasta el extremo. Fiel en la cruz, fiel a Jesús.
Estribillo Celestial princesa, mírame con compasión. Hoy te doy mi alma, vida y corazón.
Estribillo Nota: toques secos ↓-↓-↓ en : "de santidad, de humilad", "tu intercesión ante el Señor", "fiel en la cruz, fiel a Jesús".