Hoy quiero, Señor, ponerlo todo en tu presencia, darme hasta gastarme contigo y por Ti. Hoy quiero, Señor, ponerlo todo ante tu puerta para en todo amarte y servir.
Enciéndeme y déjame arder donde haga falta. Enciéndeme y déjame ser tu luz, y así poder llevarte hasta todas las almas, saciar la sed que tienes Tú desde la cruz. Hoy quisiera, Madre, poner todo en tu presencia, darme hasta gastarme, decirle que sí. Hoy te pido, Madre, que dejes mi puerta abierta para en todo amarle y servir.
Escuchar el aire cuando en la mañana azul todas las estrellas duermen al nacer la luz.
Cuando el arcoiris llora sólo el aire escucharéis, llamas que no queman rezaréis.
Todo corre de prisa sin ver, nada despide color, nuestras manos sólo piden amor, nuestras voces gritaráááán, unidas siempre cantarán.
Aleluya, aleluuuya. Aleluya, aleluya. Aleluya, aleluuuya. Aleluya, aleluya. Para los que sufren al otro lado del mal, los niños que lloran sin saber por qué llorar.
Para los que pasan hambre, para los que tienen sed, llamas que no queman rezaréis.
Salmos encendidos como ríos secos van, sólo en campo verde crecerán.
Todo corre de prisa sin ver, nada despide color, nuestras manos sólo piden amor, nuestras voces gritaráááán, unidas siempre cantarán.
Por los niños que empiezan la vida, por los hombres sin techo ni hogar; por los pueblos que sufren la guerra, te ofrecemos el vino y el pan.
(Pan y vino sobre el altar son ofrendas de amor; pan y vino serán después tu Cuerpo y Sangre, Señor.)(Bis) Por los hombres que viven unidos, por los hombres que buscan la paz; por los pueblos que no te conocen, te ofrecemos el vino y el pan.
Estribillo Por aquellos a quienes queremos, por nosotros y nuestra amistad; por los vivos y por los difuntos, te ofrecemos el vino y el pan.
Estribillo final: terminar en el acorde con el que se comienza el canto.
(Estás aquí aunque no te pueda ver pues escondes tu gloria y majestaad. Estás aquí, revestido solamente del amor, bajo la forma de un pan. Con sencillez Te me vienes a entregar y en mi interior vas haciendo maraviillas. Corazón con corazón, en profunda comunión; me haces templo de la Santa Trinidad.)(Bis)
Ven y cena conmigo, ven y mora en mi hogar. Ven y nunca me dejes pues sin Ti me moriría. Me has herido con tu amor, ven y mora en mi interior; (de Ti quiero comulgar, Señor.)(Bis)
(Sé de quién me he fiado, confío, Señor, en Ti. Y aunque a veces parezca de piedra, confío, Señor, en Ti. Y aunque el corazón se pegue a la tierra, confío en Ti, confío en Ti, mi Señooor, mi Señooor.) (Bis)
Cuántas veces siendo niño te recé, con mis besos te decía que te amaba, poco a poco, con el tiempo, alejandome de ti, (por caminos que se alejan, me perdí.)(Bis)
Hoy he vuelto, Madre, a recordar, cuantas cosas dije ante tu altar, y al rezarte puedo comprender, (que una madre no se cansa de esperar.)(Bis) Al regreso me encendías una luz, sonriendo desde lejos me esperabas, en la mesa la comida aún caliente y el mantel, (y tu abrazo en la alegría de volver.)(Bis)
Estribillo Aunque el hijo se alejara del hogar, una madre siempre espera su regreso, que el regalo más hermoso que a los hijos da el Señor (es su madre y el regalo de su amor.)(Bis)