Habla, Señor, que tu hijo escucha. Habla, Señor, te quiero escuchar. Habla, Señor, danos tu mensaje. Habla, Señor, danos tu verdad. Señor, instrúyeme en tus sendas, haz que camine con lealtad, enséñame, porque Tú eres mi Dios y mi Salvador.
Estribillo El Señor es bueno y recto y enseña el camino a los pecadores, hace caminar a los humildes con rectitud, enseña su camino a los humildes.
Arde, con fuerza en este frío, con todo el alma en vilo buscando una razón. Tiemblan los muros de esta celda que no pueden ni intentan contener su corazón.
Brazos, cerrándose en abrazos de un Padre que dio tanto, de un Hijo que murió. Lloran, reyes y tronos lloran ante un hombre en la sombra rezándole a su Dios.
La mira, y al verla el mundo gira y en un sólo segundo al cielo estremeció. Besa, donde ella pisa, él besa secándose las lágrimas al pedirle perdón.
Alza, un paso al firme al alba; ejércitos se apartan ante su convicción. Siente, el peso que le viene pero nada detiene su sencilla decisión.
Duerme, tranquilo el niño duerme; sufre porque no puede darle algo mejor. Calla, y en el silencio grita; se le traspasa el alma, sufre su condición.
Un "te quiero" mudo en un silencio acogedor. Un humilde carpintero duerme en brazos a su Dios. Un "te quiero" mudo en un silencio acogedor. Un humilde carpintero mira a los ojos a Dios.
Sonríe, tranquilo al fin, sonríe, y en un último aliento hizo llorar a Dios.
Un "te quiero" mudo en un silencio acogedor. Un humilde carpintero duerme en brazos a su Dios. Un "te quiero" mudo en un silencio acogedor. Un humilde carpintero mira a los ojos a Dios.
Sé mi luz, enciende mi noche. Sé mi luz, enciende mi noche. Sé mi luz, enciende mi noche, mi noche; sé mi luz. El camino sin Ti es tan largo, y tu llanto acoge mi dolor. Tu Palabra acalla mi miedo, y tu grito se expresa en mi canto.
Estribillo Nota: el acorde de "DO" puede ser "solm", y el acorde de "SOL" del último "noche", se podría suprimir.
Tú eres Santa María, eres nuestra Señora; porque haces tan nuestro al Señor eres madre de Dios, eres mi tierna madre, y Madre de la humanidad. Te pedimos que ruegues por todos nosotros heridos por tanto pecar desde hoy hasta el día final de este peregrinar.
María, he buscado tu imagen, serena, perdida, entre un manto de luz y al fin te encontré dolorosa, llorando de pena a los pies de una cruz.
María, he querido sentirte, entre tantos milagros, que cuentan de ti y al fin te encontré en mi camino, en la misma vereda que yo; tenías tu cuerpo cansado, un niño en los brazos, durmiendo en tu paz. (María, mujer, que regalas la vida sin fin.) (Bis)