Espigas de oro al viento,
antigua, eterna danza,
es pan que te ofrecemos
en signo de alabanza.
Uva ya madura,
perfume de alegría,
en vino se trasforma
bebida que da vida.
Con el pan y el vino,
Señor, hoy te ofrecemos
tristezas y dolores,
consuelos e ilusiones.
Frutos del trabajo,
confianza en el futuro,
la fuerza y el deseo
para empezar de nuevo.
Fuente de esperanza,
Dios, Padre, Dios cercano
acoge nuestra ofrenda
que aquí te presentamos.
Dios del universo,
reúne a los dispersos
haciéndonos Iglesia:
todos uno en Ti.