Te busco entre las flores de un naranjo,
en la sonrisa de un muchacho,
en esa casa sin tejado.
Te busco en esas manos que se unen,
en esa rosa y su perfume,
en esa cara de amistad.
(Allí donde se unen agua y nube
donde el sol no deja de relucir.
Allí (allí) está mi Madre bendita
como lágrima (como lágrima) divina
en la grandeza del Señor.)(Bis)
También en la casa de un pobre
siembra María la alegría,
siembra el fruto de la fe.
Te busco en la mirada de ese crío,
en la fuerza que da un amigo,
en ese "ven y sígueme".
Estribillo
Nota: lo que está entre paréntesis es la segunda voz.