Escucha hija,
inclina el oído
y todo tu ser,
prendado está el Rey
de tu belleza,
de tu belleza.
¡Radiante, ponte en pie,
que amanece tu luz,
la gloria de Yahvé,
brillará sobre ti!
¡Alza los ojos en torno y mira,
todos se reúnen y vienen a Ti!
Tus hijos vienen de lejos,
y tus hijas son traídas en brazos,
los pueblos caminan a tu resplandor.
Ya nunca estarás
abandonada, aborrecida,
ni desolada,
pues yo tu Hacedor te transformaré
en lozanía eterna,
gozo de siglo y siglos.
Estribillo
Tendrás a Dios
por Luz eterna
y tu Esposo será tu hermosura,
ni el sol ni la luna menguarán jamás,
pues noche y día
tendrás abierta tus puertas.
Estribillo