Alma de Cristo, santifícame.
Cuerpo de Cristo, sálvame.
Sangre de Cristo, embriágame.
Agua del costado, lávame.
Pasión de Cristo, confórtame.
¡Oh, mi buen Jesús, óyeme!
Dentro de tus llagas, escóndeme.
No permitas que me aparte de Ti.
Del maligno enemigo, defiéndeme.
En la hora de mi muerte, llámame
e ir a Ti, mándame.
Con tus santos yo te alabaré
por los siglos de los siglos. Amén.
Con tus santos yo te alabaré.
Nota: el instrumento de la caja
entra al comienzo de la frase:
"Del maligno enemigo..."