Mira, que estoy a la puerta y llamo.
Estoy a la puerta de tu corazón,
de día y de noche.
Te conozco como a la palma de mi mano,
conozco tus heridas,
Yo las llevé antes que tú,
y conozco, sobre todo, tu necesidad de amor.
Ábrete a Mí, ven a Mí,
ten sed de Mí, dame tu vida.
Confía en Mí, pídeme que entre,
que tome tu ser y lo haré.
Te prometo ante mi Padre
que haré milagros contigo.
Tengo sed, tengo sed de amarte y de que me ames.
¿Tienes sed? Te amo como nunca imaginaste.
Tengo sed, tengo sed de amarte y de que me ames.
No hay nadie para Mí más importante.
Toda tu vida he deseado tu amor,
y tú, te olvidas de Mí, te olvidas de Mí.
Busco a cada momento tu corazón.
¿Te es difícil creer esto?
Entonces mira la Cruz,
mira mi corazón, traspasado por ti.
Estribillo
Ven a Mí, ven con tu deseo de ser amada.
Ven a Mí, ábreme tu corazón,
ahora mismo más que antes.
Mírame, que estoy a la puerta y llamo;
ábreme, porque tengo sed de ti.
Estribillo