Hay un corazón que mana
que palpita en el sagrario,
un corazón solitario,
que se alimenta de amor.
Es un corazón paciente,
es un corazón amigo,
el que habita en el olvido,
el corazón de tu Dios.
Es un corazón que ama,
un corazón que perdona,
que te conoce y que toma
de tu vida lo peor.
Que comenzó esta tarea
una tarde en el calvario
y que ahora desde el sagrario
tan sólo quiere tu amor.
Decidle a todos que vengan
a la fuente de la vida,
que hay una historia escondida
dentro de este corazón.
Decidles que hay esperanza,
que todo tiene un sentido,
que Jesucristo está vivo,
decidles que existe Dios.
Es el corazón que llora
en la casa de Betania.
El corazón que acompaña
a los dos de Emaús.
Es el corazón que al joven rico
amó con la mirada
el que a Pedro perdonaba
después de la negación.
Es el corazón en lucha
del huerto de los olivos,
que amando a los enemigos
hizo creer al ladrón.
Es el corazón que salva
por su fe a quien se le acerca,
que mostró su herida abierta
al apóstol que dudó.
Decidle a todos que vengan
a la fuente de la vida,
que hay una historia escondida
dentro de este corazón.
Decidles que hay esperanza,
que todo tiene un sentido,
(que Jesucristo está vivo,
decidles que existe Dios.)(Bis)