¡Oh, Jesús Sacramentado!,
Tú, mi más profundo centro,
a mi puerta Tú has llamado,
yo te abro y vienes dentro.
Y mi corazón habitas
encendiéndolo en fervor
con ese fuego divino,
acrecentándome el amor.
Fijos en Ti están mis ojos,
Tú me enseñas el camino,
y en la comunión sagrada
te conozco, ¡oh, Rey divino!
Al beber la dicha inmensa
de ser transformado en Ti,
solo a Ti respira mi alma,
¡Oh, Jesús, que estás aquí!
Bone Pastor, Panis Vere,
Jesu nostri miserere,
Tu nos pasce, nos tuere,
¡CorpusChristi adoramus te!
Buen Pastor, pan verdadero,
ten piedad, ¡oh, Jesús nuestro!,
apacienta tu rebaño.
¡Jesucristo, te adoramos!
Soberano de los cielos,
¡oh, Señor entronizado!
¿Cómo en este pan humilde,
con nosotros te has quedado?
Que a nuestras pobres miradas
y muy humilde adoración
te quisieras Tú quedar,
¡solo lo explica el amor!
El Maná que en el desierto
fue alimento de Israel,
no alimenta vida eterna
como Tú, ¡oh, Emmanuel!
Que escondido en esta hostia,
te nos das para la vida,
y en amor, así entregado,
eres celestial comida.
Ecce Panis angelorum,
factus Cibus viatorum,
vere Panis filiorum.
¡Corpus Christi adoramos te!
He aquí el pan del cielo,
alimento del camino.
Pan que Dios les da a sus hijos.
¡Jesucristo, te adoramos!
¡Jesucristo, te adoramos!
¡Corpus Christi adoramos te!