Qué pena pensar que muchísimos hombres
no viven la vida porque no la ven.
Y no la ven porque miran las cosas,
miran al mundo con sus propios ojos.
(En cambio si la gente lo hiciera
a través del prisma del amor,
aún el dolor hablaría de Dios.)(Bis)
Así ya, lo humano pierde su color
cuando un alma se abandona a Dios.
Sobre cada lágrima nace una sonrisa
y en cada ocaso un amanecer.
(La frase del mundo "No hay rosas sin espinas"
se transformará, y se dirá:
"No hay espinas sin rosas".)(Bis)