Yo soy un mendigo de tu gracia,
soy sólo un ladrón de tu amor.
Perderte sería mi desgracia,
no te vayas nunca, mi Señor.
Señor, tengo cinco panes y dos peces
y veo tanto hambre a mi alrededor.
Los pongo en tus manos,
dale de comer a mis hermanos.
¡Aquí está tu siervo, mi Señor!
Y cuando te pierdo, pierdo la calma.
Soy un débil que se protege en Dios.
En tu amor se limpia toda mi alma.
Soy un ambicioso, lléname de Vos.
Estribillo