Háblame, ya, amigo al corazón,
descansa en vos mi frente, mi vida en vos;
porque me rescataste del fatal secuestro,
porque me liberaste de mi eterna tumba.
(Porque me amaste hasta dar la vida.)(Bis)
Tan asombrado miro, todo acabó.
Manso te has dormido, hermano y Dios.
Muriendo descuajaste mi árbol más sombrío,
muriendo conquistaste el centro de mí mismo.
Estribillo
Partir en una mesa y no guardar.
Amar y echar a vuelo, ya no aferrar.
Yo recibí al nacer mi moneda dorada,
no la atesoraré, quiero verla entregada.
Estribillo