Alaba al Señor, que sana
los corazones destrozados.
Alaba al Señor, que sana (al Señor que sana)
los corazones destrozados.
 
Alabad al Señor, que la sica es buena; 
nuestro Dios merece nuestro canto
porque Él sana (porque Él sana) 
los corazones (los corazones) destrozados.

 
Estribillo
 

  • Momento
    Salmo
  • Comentario
    Salmo 146. Versión del Coro de la Parroquia de Santo Domingo, Ourense