Yo esperaba con ansia al Señor.
Él se inclinó y escuchó mi grito.
Me puso en la boca una canción,
un himno a nuestro Dios.


(Aquí estoy, Señor (aquí estoy, Señor),
para hacer tu voluntad.) (Bis)

Tú no quieres sacrificios ni ofrendas ni perjuicios,
solo quieres que oiga tu voz,
que proclame que me ofreces la salvación,
que junto a Ti, todo es mucho mejor.


Estribillo

Y Tú, Señor, no te olvides de mí,
pues necesito tu amor.
Las culpas me tienen atrapado,
Tú eres mi ayuda, mi libertador.


Estribillo


  • Momento
    Salmo
  • Comentario
    Salmo 39. Versión del Coro de la Parroquia de Santo Domingo, Ourense