Cambiaré mi tristeza,
cambiaré mi vergüenza,
los entregaré, por el gozo de Dios.   
Cambiaré mi dolor 
y mi enfermedad,
los entregaré, por el gozo de Dios.

 
Sí, Señor, sí, sí, Señor. 
(Yo creo en Ti, Dios, 
creo en Ti, siempre.)(Bis) 
Amén.)   
(O también:
Sí, Señor, sí, sí, Señor.
Sí, Señor, sí, sí, Señor.
Sí, Señor, sí, sí, Señor.
Amén.)   
 
Estando atribulado pero nunca derrotado, 
y perseguido esté hoy,
maldiciones no me afectan
pues yo sé a quién voy.
En su gozo fuerte soy.

Aunque triste en la noche yo esté,
el gozo viene en la mañana.

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