Con Jesús en el altar
nos ponemos cada día,
porque creemos que el amor
puede transformar la vida.
Cristo nos enseña a ser
grano de trigo en la tierra
que es sembrado con dolor
pero goza en la cosecha.
Desde el corazón de Cristo
haremos un mundo nuevo,
solos no tiene sentido
no es camino pero unidos
sí lo lograremos.
Imposible es conocer
a Jesús y no amarlo,
su llamado es una urgencia
debemos seguir sus pasos.
No sintamos soledad,
que una Madre nos alienta,
la tristeza nos disipa
su silenciosa presencia.
Estribillo final (bis) +
Sí lo lograremos.