{title: Temblando estaba de frío} {artist: Basado en el texto de Lope de Vega (1612)} {capo: 0} {key: Do} [C]Temblando estaba de [F]frío el ma[G]yor fuego del ci[C]elo, y el que [Em]hizo el tiempo mismo su[F]jeto al rigor del ti[G]empo. Su virgen Madre le mira, ya llorando, ya riendo, que como en su espejo en el Niño, hace los mismos efectos. No lejos el casto esposo mirándole está encogido, y de los ojos atentos llu[F]eve al revés de las nubes, llu[G]eve al revés de las nubes [F]porque llo[G]ra [F]so[G]bre el cie[C]lo. Amén. {start_of_chorus} Texto completo: {end_of_chorus} Temblando estaba de frío el mayor fuego del cielo, y el que hizo el tiempo mismo sujeto al rigor del tiempo. (...) Su Virgen Madre le mira ya llorando, ya riendo, que, como es su espejo el Niño, hace los mismos efectos. No lejos el casto Esposo, que, aunque estuviera muy lejos, pensara que estaba cerca de un hombre que es Dios inmenso, mirándole está encogido, y de los ojos atentos llueve al revés de las nubes, porque llora sobre el Cielo (...) La Niña recién parida, mil parabienes oyendo de cielos, ángeles y hombres, por el bien que los ha hecho, al Niño que llora, dice: «No más, mi dulce consuelo, ¡ea! No más, mi Jesús, pues que no puede ser menos». (...) Esto diciendo María, sacó los virgíneos pechos, a cuyos cielos más limpios se humillaron nueve cielos. Abrió el Niño Dios los labios, y quedó colgado dellos, como racimo de palma, hasta que le vino el sueño. Alma, si de ver a Dios puesto de su Madre al pecho no se te enternece el tuyo, ¿dónde está tu sentimiento? Llora, sin temer que el Niño despierte a tu llanto tierno, que al son de fuentes de llanto duerme Dios con más contento. Más que la gloria que hoy le cantan ángeles bellos, estima de un hombre el llanto; lloremos, alma, lloremos.