{title: Siempre nuestro Amigo} {artist: Eduardo Meana} {capo: 0} {key: Re} A [Re]veces, en al[La]gunos días [Sim]grises, cuando pierdo la espe[Sol]ranza, cuando no encuentro la [La]paz, me pre[Sol]gunto si es verdad que e[Re]xistes, si realmente eres mi A[Mim7]migo; si lo eres, ¿dónde es[La]tás? Es ese, el momento cuando dudo, un momento de vacío y de fría oscuridad. Porque pienso que si en verdad no existes, mi vida sería vana como un libro sin final. {start_of_chorus} Pero una [Re]voz siento sur[La]gir dentro de [Sim]mí que me de[Fa#m]vuelve toda mi [Sol]fe; [Mim7]es la voz de Dios, mi A[La]migo. Y es esa [Re]voz, que con dul[La]zura me habla de [Sim]paz, la que me [Fa#m]dice que Dios se[Sol]rá [Mim7]siempre nuestro A[La]mi[Re]go. {end_of_chorus} A veces, me contás que estás perdido, que no encuentras el camino que te devuelva la fe. Me dices que Dios está muy cerca, y no sabes acercarte, quieres que se acerque Él. Ahora, que ya encontré de nuevo, al Señor que me guía, y que me enseña a amar, te invito a que intentes encontrarlo, verás que no está lejos y que te espera ya. {start_of_chorus} Y tú también has de escuchar la dulce voz que te hablará llena de amor; es la voz de nuestro Amigo. Y es esa voz, que con dulzura me habla de paz, la que me dice que Dios será siempre nuestro Amigo. {end_of_chorus}
A veces, en algunos días grises,
cuando pierdo la esperanza,
cuando no encuentro la paz,
me pregunto si es verdad que existes,
si realmente eres mi Amigo;
si lo eres, ¿dónde estás?

Es ese, el momento cuando dudo,
un momento de vacío y de fría oscuridad.
Porque pienso que si en verdad no existes,
mi vida sería vana como un libro sin final.

Pero una voz
siento surgir dentro de
que me devuelve toda mi fe;
es la voz de Dios, mi Amigo.
Y es esa voz, que con dulzura
me habla de paz,
la que me dice que Dios se
siempre nuestro Ami go.
A veces, me contás que estás perdido,
que no encuentras el camino
que te devuelva la fe.
Me dices que Dios está muy cerca,
y no sabes acercarte,
quieres que se acerque Él.

Ahora, que ya encontré de nuevo,
al Señor que me guía, y que me enseña a amar,
te invito a que intentes encontrarlo,
verás que no está lejos y que te espera ya.

Y tú también
has de escuchar la dulce voz
que te hablará llena de amor;
es la voz de nuestro Amigo.
Y es esa voz, que con dulzura
me habla de paz,
la que me dice que Dios será
siempre nuestro Amigo.